Cuánto
chocolate soporta su cuerpo?
El chocolate
tiene tantos beneficios como calorías. Pero, además, resulta adictivo y se
puede sufrir síndrome de abstinencia al dejarlo
Hernán Cortés ya lo decía: una taza de esta bebida indígena da fuerzas
suficientes a un soldado para todo un día de marcha; aunque entonces no era
considerado, como hoy, un superalimento. Pero, ¿cree que este
apelativo es suficiente para permitirle comer toneladas? Ni lo sueñe, si se
pasa, provocará un desajuste en la báscula e incluso algún trastorno en el
organismo.
“Su carga de antioxidantes puede prevenir enfermedades cardiovasculares, mejorar el estado de animo y potenciar la memoria. Contiene flavonoides, Teobromina,
catequinas, fibra, polifenoles, vitaminas A, B1, B2, C, E y B y minerales”,
señala Paula Rosso, máster en nutrición y directora del departamento de
Corporal del Centro Lajo Plaza. “También contiene grandes cantidades
de magnesio, hierro y calcio, así como beta-caroteno y niacina”, prosigue José
María Escudero, nutricionista, de las Clínicas
S&O. Por su parte, Inmaculada Canterla, licenciada en farmacia,
especialista en Nutrición y Dietética y directora de Cosmeceutical Center, añade que tiene "unos
niveles bastante razonables de cobre, manganeso y fibra”.
Muchas tabletas son
más una golosina que un alimento, invalidando buena parte de los beneficios que acabamos de revisar. Si no quiere
que este regalo de los dioses se convierta en un castigo del demonio, tenga en
cuenta su porcentaje de cacao, más del 70% y su contenido de azúcares, así como
evitar los que lleven frutos secos porque aumentan, aun más, su contenido
calórico, según recomienda Paula Rosso. José María Escudero e Inmaculada
Canterla prefieren que el dulce añadido sea stevia, y la doctora Mar Mira,
especialista en medicina estética y co-directora de la Clínica Corporal M+C nos advierte de
que “si encuentra un chocolate que use las siglas MGV en la lista de
ingredientes, significa que le han añadido materias grasas vegetales distintas
a la manteca de cacao, en una proporción de hasta un 5%".
Tantas propiedades parecen sugerir que podemos tomar chocolate sin
descanso. El consumo per cápita en España es de más de tres kilos de chocolate
al año, siendo cántabros, riojanos y vascos los españoles más golosos, frente a
los habitantes de Cataluña, Andalucía y Madrid, que se sitúan como las regiones
en las que menos se consume, según un estudio de Mercasa. Pero no, no es
posible comer todo lo que queramos. Expertos como Paula Rosso dicen que “lo
ideal es 1 o 2 onzas al día; aunque hay estudios médicos sobre los accidentes
cerebrovasculares, en el que mujeres que tomaban unas 20 onzas a la semana
disminuían este riesgo en un 20%. Con los alimentos hay que ser moderado para
obtener los beneficios y evitar los perjuicios de un consumo exagerado, como el
incremento calórico (100 g de chocolate negro equivalen a unas 540 calorías lo que
representa casi un cuarto de las calorías diarias que deberíamos consumir) y de
grasas saturadas”.
“El que un alimento tenga una o varias propiedades funcionales bien
definidas y documentadas no abre la veda de su libre consumo; los beneficios
que aportan dosis adecuadas, puedne conllevar efectos colaterales cuando se
comete un exceso. Debería tomarse como un capricho diario, en cantidades entre
los 20-40 gramos diarios de chocolate negro al 90%", explica Inmaculada
Canterla y añade que existen muchos estudios que avalan los beneficios del consumo moderado de chocolate.
El chocolate contiene triptofano que es un precursor de la serotonina
(hormona de la felicidad) y la disminución de este precursor puede provocar
abstinencia cuando su consumo es excesivo
Pero seguir esta recomendación no es tan fácil, porque tiene un componente
adictivo. “El chocolate contiene triptofano que es un precursor de la
serotonina (hormona de la felicidad) y la disminución de este precursor puede
provocar abstinencia cuando su consumo es excesivo", advierte la doctora
Rosso. En nuestro cerebro tenemos un pequeño cúmulo de células encargadas
de proporcionarnos placer. "Allí se encuentra la mayor cantidad de
dopamina almacenada y es sensible a otros neurotransmisores del placer, como la
serotonina y las endorfinas. Las drogas estimulantes, anfetaminas o cocaína,
logran su efecto placentero cambiando la concentración de dopamina de este
cúmulo celular. Otras sustancias como la marihuana, el chocolate, la nicotina y
la cafeína pueden estimular los niveles de dopamina”, explica José María
Escudero.
“El chocolate contiene cierto contenido en cafeína y teobromina, sustancias
adictivas. Por ello, controlar las cantidades diarias evita que caigamos en la
adicción. Lo ideal es tomar el chocolate como un capricho, no como un vicio”,
insiste la doctora Canterla. Pero, ¿es posible desesgancharse? “Para ello es
necesaria una reeducación alimentaria, limitando el consumo a un par de onzas
al día, aumentando paulatinamente la graduación de cacao e intentando tomar de
manera sustitutiva alimentos que contengan triptófano como el plátano, las
fresas, el mango o los productos lácteos, que también son ricos en él”,
recomienda Paula Rosso.
Los expertos parecen recomendar solo el chocolate negro. Pero, ¿qué pasa
con el chocolate con leche? "Tiene un mayor porcentaje de grasas saturadas
y de azucares, una de las combinaciones de sustancias artificiales que producen
más reacciones cerebrales. Además, el consumo excesivo de dulces aumenta el
deseo de consumir grasas”, argumenta José María Escudero. “Las propiedades
funcionales las tiene el cacao. Todo lo que sea rebajar el contenido de cacao
del 90% es reducir concentraciones de nutrientes funcionales y aportar otro
tipo de sustancias que, evidentemente, no van a ser tan buenas como lo que
estamos recortando. Si esto que añadimos son grasas e hidratos de otro tipo, ya
no tendremos un superalimento. La leche no es el problema, el problema es que
no es cacao al 90%, y por eso no nos podemos beneficiar de sus propiedades”,
matiza Inmaculada Canterla.
En cuanto a los niños, Paula Rosso aconseja que tomen cantidades pequeñas
porque puede ser excitante para ellos. “No se recomienda introducir el
chocolate en la dieta de los niños hasta los 18-20 meses”, advierte José María
Escudero. Sin embargo, Inmaculada Canterla duda: “El tema niños es muy
delicado. Si el chocolate tiene propiedades beneficiosas para los mayores,
también las tiene para los pequeños, pero hay que tener en cuenta que sus
metabolismos están en pleno desarrollo. Se le debería 'premiar' con el
chocolate y no dárselo por rutina. Así se estimula al niño y además se
beneficia de sus propiedades".
También hay personas para las que no está recomendado el consumo de este
alimento, como aquellas que tienen problemas de hígado o vesícula. “En
pacientes con hígado graso, el consumo de un alimento calórico y con alto
contenido en grasa, como es el chocolate, podría tener efectos negativos”,
explica José María Escudero. “El chocolate requiere un metabolismo
hepatobiliar, por lo cual un hígado o vesícula enferma evitará su consumo para no
provocar trastornos digestivos”, añade Paula Rosso. Por su parte Inmaculada
Canterla advierte de que el exceso de chocolate de baja calidad y el precedente
de alguna patología previa de hígado, puede provocar problemas hepáticos que el
chocolate puro es capaz de prevenir. En conclusión, si su
hígado está sano evita que enferme, pero si ya está enfermo, le perjudica.
Aquellos que tengan
migrañas también pueden encontrar en el chocolate un enemigo. "El cacao y
los chocolates presentan cantidades apreciables de tiramina, histamina y
feniletilamina que, en ciertas personas, se relacionan con la aparición de
episodios de migrañas, especialmente si están siguiendo tratamientos para la
depresión, ya que muchos de los medicamentos antidepresivos inhiben las
monoaminooxidasas (MAO) y diaminooxidasas (DAO), enzimas necesarias para
eliminar las histaminas del organismo, y que
son las principales causantes de estos episodios migrañosos", informa Jose
María Escudero.