De los 359.000 casos de ahogamiento que según la Organización Mundial de la Salud se producen al
año en el mundo no hay ninguno directamente causado por un corte de
digestión. Y es que el comúnmente llamado corte de digestión se refiere más
bien a los síntomas digestivos que tienen lugar al producirse un choque
térmico. “Cuando una persona se introduce en agua fría, muy rápidamente, en
especial después de una comida copiosa, puede sufrir un mareo, náuseas o
malestar”, aclara Irene Bretón, del área de nutrición de la Sociedad Española
de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Sin embargo, según los expertos la
denominación de estos síntomas como corte de digestión es incorrecta,
porque no se produce una interrupción de las funciones digestivas.
“El nombre correcto es síndrome por inmersión o hidrocución. Cuando
el cuerpo entra en contacto con agua fría, se producen unos cambios en la
presión arterial y en la frecuencia cardiaca, que dan lugar a síntomas como
malestar general, náuseas o debilidad. La disminución de la presión arterial
puede producir incluso pérdida de conocimiento o un infarto. Si la persona está
en el agua, se puede ahogar”, expone la experta. El riesgo de padecer estos
síntomas ante un cambio brusco de temperatura tras la ingesta de una comida es
mayor en personas mayores o que toman alguna medicación, no tanto en los niños.
Por lo tanto, aunque puede que los padres exageren en sus precauciones ante
los peligros de este síndrome, lo cierto es que, aunque esté incorrectamente
denominado, los prejuicios que puede causar son una realidad.
¿Cómo prevenir un corte de
digestión?
Según Irene Bretón, la medida más sencilla para prevenir los síntomas
causados por los choques términos es evitar bañarse o nadar en agua
fría después de comer y, sobre todo, en caso de que existan factores de
riesgo que puedan propiciar este cuadro, como comidas copiosas, temperaturas
extremas o antecedentes médicos de riesgo.
Asimismo, es de gran importancia aprender a reconocer los síntomas de
manera precoz, antes de que la caída de la tensión tenga consecuencias
graves. “Si una persona nota malestar o náuseas al entrar en el agua, es
conveniente que salga y permanezca en reposo, mejor con las piernas en alto”,
aconseja la especialista en endocrinología y nutrición. Además Bretón hace
énfasis en la importancia de la ayuda sanitaria precoz, pues los casos graves
requieren una intervención urgente con un protocolo específico.
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