Los ácidos
grasos Omega3 que contienen ayudan a reducir los niveles de colesterol y
triglicéridos
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El calcio presente en sus espinas mejora la salud de los huesos |
Consumir una ración de sardinas aporta aproximadamente 280 kilocalorías.
Perfecto para tomar en las noches de verano, este sabroso pescado azul es una
gran fuente de proteínas y muy rico en ácidos grasos Omega-3, que ayudan
a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos, ayudando a prevenir
enfermedades de tipo cardiovascular.
Con una carga importante de vitamina D y de calcio, que obtendremos
al consumir las espinas, las sardinas son perfectas para las mujeres en
menopausia y las personas que padecen osteoporosis. Además, este pescado es
rico en vitamina A o retinol, que contribuye a la formación y mantenimiento de
mucosas, dientes y tejidos y aporta grandes beneficios a la salud de los ojos y
de la piel.
Por otra parte, consumir sardinas aporta potasio, hierro, zinc y yodo, siendo
este último mineral fundamental para prevenir problemas de tiroides.
Tan sólo aquellas personas que tienen el ácido úrico elevado y sufren de
gota o cálculos renales, deben moderar el consumo de sardinas por su elevado
contenido en purinas.
100 gramos de sardinas frescas aportan:
Calorías: 153
Proteínas: 17,1g.
Grasas 9,4 g.
Grasas monoinsaturadas 2,8 g.
Grasas poliinsaturadas 2,9 g.
Carbohidratos 0 g.
Sodio 100 mg.
Fibra 0 g.
Vit D: 7,9 µg.
Calcio: 50,4 mg.
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